¿Qué es de mí, sin ti?
No sabes lo duro que es tener que vivir sin ti. Salir a la calle y que todo me recuerde a ti. Acordarme, también, de que ya no estás. Y notar tu ausencia como quien nota la lluvia caer sobre su cuerpo, empapando su ropa, en un precioso día gris de tormenta. Pasar delante de aquel lago y pensar en todas las tardes que nos tiramos en las pequeñas barcas azules en las que solíamos perdernos entre el agua. Andar por nuestro parque y recordar aquellos besos robados cuando nos tumbábamos en el césped recién cortado. Aspirar el agradable olor del tabaco y anhelar el sabor de humo de tus jugosos labios. Ver el atardecer y desear volver a vivir todas esas tardes en mi tejado, viendo como el sol bailaba lentamente por el cielo, hasta dejar paso en la pista de baile a la luna, con su precioso vestido blanco amarillento. Mirar el mar y ver tus ojos azules, con matices verdes, entre el agua. Recordarte cada vez que sopla el viento y me estremezco, como si me acariciara, como si fueras tú. Despertarme con los rayos de sol que se filtran a través de mi ventana y no con los rayos que calidez que contenía tu mirada.
Y no poder más. No poder soportar que todo me recuerde a ti. No poder soportar esta opresión en el pecho.
No te echo de menos, echo de menos todo lo que vivimos.
Echo de menos todo lo que no pudimos llegar a ser.
Tu y yo
podríamos haber llegado a ser
más que tu y yo,
pero solo fuimos
tu y yo.
(Nunca queda tiempo para un 'nosotros'.)
1 comentario:
Y no poder más y volverte loca.
Lo siento cariño, estás enamorada.
Un abrazo, humito.
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